Perú le declara la guerra a la logística del narcotráfico. El gobierno ha emprendido una campaña para destruir las pistas de aterrizaje clandestinas que emplean los narcos en la selva amazónica. Transportan su producción de coca en avionetas, en una ruta que pasa por Bolivia y Brasil, desde donde llega a los mercados internacionales.
La operación está dirigida por la unidad de espionaje contra el narcotráfico instaurada por el presidente Ollanta Humala y está previsto que termine este domingo. Ya se han destruido casi la mitad de las 58 pistas objetivo de la operación.
Muchas veces las pistas son realizadas por las propias poblaciones locales, en la selva limítrofe con Colombia y Brasil. Después se las alquilan a los narcotraficantes.
En dos distritos de la selva amazónica, el gobierno ha declarado el estado de excepción, que implicará la suspensión de algunas garantías constitucionales durante 2 meses. Es una zona poco poblada pero 28.000 personas se verán afectadas por la medida.
El gobierno pretende erradicar 3.500 hectáreas de cultivo ilegal de coca en esa región.