Tanto Estados Unidos como la Unión Europea han vuelto a castigar a Moscú por su implicación en el conflicto ucraniano. Unas sanciones que están afectando duramente a la economía rusa.
“El hecho de que impusiéramos sanciones a otros países es muy bueno. Ahora tendremos nuestra propia industria, desarrollaremos una”, decía un vecino de Moscú.
“Lo que más me preocupa no son las sanciones impuestas a Rusia desde Europa, sino las que hemos anunciado nosotros, porque tendrán consecuencias para la población”, apuntaba otra.
Por primera vez el sector del petróleo se ve afectado por unas sanciones que son más restrictivas que las adoptadas en julio en los mercados del capital, la defensa, los productos de uso dual y las tecnologías sensibles.
Por su parte, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha recordado que su respuesta, que será pronto, también tendrá un efecto negativo en la economía de los países sancionadores.
“Usar estos mecanismos parece extraño porque incluso si tenemos en cuenta todo lo anterior no lo entiendo. No entiendo con qué están relacionadas estas nuevas sanciones. A lo mejor hay personas a las que no les gusta que este proceso empiece a seguir una senda pacífica”, declaraba Putin.
La respuesta de Rusia a la anterior ronda de sanciones fue prohibir durante un año las importaciones de alimentos, frutas y verduras de la Unión Europea, Estados Unidos y otros países.