La compañía petrolífera rusa Rosneft empieza a notar las sanciones occidentales, con próximos recortes de plantilla y la venta de parte de sus acciones. La prensa económica del país calcuya en un veinticinco por ciento el futuro recorte de personal en su sede central en Moscú, donde hay 4.000 trabajadores. La mayor empresa petrolífera del mundo en capitalización bursátil, además, estaría de acuerdo en vender a China parte de las acciones del codiciado pozo de Vankor, en Siberia. Se trata de economizar ante el margen cada vez más estrecho para financiarse con bancos occidentales.
Rosneft figura entre la compañías castigadas por Estados Unidos y la Unión Europea por la guerra en Ucrania, y, actualmente, en estos países sólo puede recurrir a créditos a noventa días. Más que la financiación a corto plazo, lo quepreocupa a la dirección de esta empresa pública es la inversión en Siberia a larzo plazo para evitar el envejecimiento de su producción. Por ello, reclama al Estado una ayuda de 31.000 millones de dólares.