En Malí, uno de los países más pobres del mundo, más del 60% de la población no sabe leer ni escribir. Y es una nación muy joven: casi la mitad de sus habitantes (un 47,6%) tiene menos de 14 años. Pero a los ocho años, un niño en Malí deja de estar escolarizado. Las "Speed Schools” o escuelas rápidas, un proyecto financiado entre otros por la fundación noruega Stromme, ayuda a estos niños.