Venezuela es el país con el consumo de gasolina per cápita más elevado del mundo. El bajísimo precio de este combustible (apenas una fracción de centavo de dólar por cada litro), que ha permanecido congelado durante más de tres lustros, le evita a la República Bolivariana sufragar más y mejores programas de desarrollo social. Únicamente la derecha nativa permanece renuente al ajuste. teleSUR