El ministerio de Exteriores turco ha convocado al embajador alemán, Eberhard Pohl.

El escándalo de las escuchas que ha aparecido en la prensa en los últimos días ha indignado a Ankara. El Gobierno turco ha advertido de que si resultan ser reales las informaciones publicadas que acusan a Alemania de espiarle durante años, tomará serias medidas.

“Si esto es verdad, el ministerio de Exteriores va a hacer una declaración en la que conste que es totalmente inaceptable. Nos enfrentamos a una situación en la que tiene que darse una explicación”, decía el ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu.

Ankara añade que la situación podría dañar los esfuerzos comunes en la lucha contra las amenazas a la seguridad y la estabilidad internacional.

“Yo no publico los detalles del trabajo de las agencias de inteligencia alemanas. Lo que tenga que decirse se discutirá en el comité supervisor del Parlamento y allí, si es necesario, el grupo parlamentario dará la información que precisen”, apuntaba Angela Merkel.

La revista alemana Der Spiegel informó de que el servicio de
espionaje exterior de Alemania, el BDN, ha estado vigilando desde 2009 a Turquía, además de haber interceptado accidentalmente
conversaciones de la ex secretaria de Estado estadounidense,
Hillary Clinton, y su sucesor en el cargo, John Kerry.