Por primera vez y después de más de 60 años de violencia, destrucción, despojo y muerte, las víctimas del conflicto armado-que ha desangrado a Colombia, se ha cobrado las vidas de 220 mil personas y se ha ensañado sobre todo con los mayores, las mujeres y los menores de edad-han sido escuchadas por quienes empuñan las armas.

Los representantes de esas víctimas, 60 mujeres y hombres seleccionados entre miles, a través de foros organizados por la Universidad Nacional y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), han comenzado a llegar hasta La Habana, capital cubana, para dar testimonio, pedir explicaciones, exigir restitución y sobre todo: aportar su punto de vista y sus propuestas para el postconflicto y la construcción de una nueva Colombia tras la culminación del proceso negociador entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno colombiano.

Esta es, según los expertos, la etapa más compleja del proceso de paz colombiano: la reparación de las víctimas del conflicto es un punto clave para poder lograr un acuerdo global, según las reglas de juego que se pactaron entre los negociadores del Gobierno de Santos y la cúpula de las FARC.

Más de 5 millones de desplazados, cientos de miles de muertos, miles de mujeres víctimas de violencia sexual, miles de menores reclutados, etc., son algunos de los temas a tratar.

La tarea de los negociadores es aprovechar ese diálogo directo con los sesenta delegados, que llegarán en cinco grupos, para enriquecer la lista de principios o criterios y escoger los 'nodos básicos' de la política de post acuerdos que garantice los derechos de las víctimas y la reparación colectiva de la sociedad.

Las FARC deberán pedir perdón y reconocer el daño causado, pero también lo tendrá que pedir el Gobierno en representación del Estado colombiano y los demás actores violentos, como los paramilitares, responsables de tantos años de dolor. Los voceros de víctimas sentencian que: Sin reparación no habrá nunca paz.