El virus continúa extendiéndose en África. Los principales países afectados, Guinea, Liberia y Sierra Leona intentan controlar la epidemia que se ha cobrado la vida de más de mil personas.

El presidente de Guinea, un día después de anunciar el estado de emergencia sanitaria, ha puesto en marcha su plan para atajar la enfermedad. La limpieza es la clave, ha dicho, y con ese objetivo ha ordenado la demolición de un barrio de chabolas de la capital, pero para muchos significa quedarse en la calle.

“Lo que están haciendo no está bien. Somos guineanos, no somos extraños. ¿Por qué todo esto? Por el ébola. Dejad que el ébola nos mate, pero no nos saquéis de aquí”, decía desesperado un hombre.

Se estima que Conakry, la capital guineana, es una de las ciudades con más suciedad de África Occidental.

Fue en este país donde surgió el brote de ébola que se ha extendido a otros tres países africanos. El último de ellos fue Nigeria, en el que tras la muerte de una enfermera la pasada noche, ya han fallecido cuatro personas.