Tras un viaje de diez años y de 6.000 kilómetros, la sonda Rosetta está a punto de empezar la misión en la que los científicos esperan entender un poco más sobre el origen de universo. El miércoles pasará a 100 kilómetros del cometa 67P/Tchourioumov-Guerassimenko y empezará a orbitar para estudiar su núcleo. Esta será la primera fase, cuando esta “bola de nieve sucia” todavía conserva el hielo en su superficie.
Cada paso de la Rosetta es histórico: ningún instrumento científico había estado tan cerca de algo tan antiguo: 4.600 millones de años. Anterior a la formación de los planetas.
Rosetta es uno de los orgullos de la Agencia Espacial Europea, que se gastó 1.300 millones de euros en ella. La misión durará hasta diciembre de 2015.
“Es una misión fantástica, la primera en la Historia, tratar de encontrarse con un cometa y aterrizar en él”, dice Paolo Ferri Director de Operaciones de la ESA. “Es un viaje largo porque tenemos que alcanzar la velocidad orbital del cometa”, añade.
La órbita de Rosetta se irá haciendo más cercana, primero a 30 kilómetros y después a 10 hasta terminar en dos o tres. En noviembre de este año llegará la operación más delicada, la deposición en la superficie del robot laboratorio Philae, que permitirá tomar muestras y analizar su composición. Si todo sale bien, además, Philae tomará una imágenes únicas, nunca conseguidas.
El cometa Tchourioumov-Guerassimenko se acercará al sol progresivamente hasta que en agosto de 2015 esté lo suficientemente cerca para que el hielo que lo recubre se derrita y su brillo impida observar su núcleo.