La inestabilidad en Libia obliga a varios países a sacar a sus ciudadanos del territorio. España y Grecia han sido los últimos en sumarse a una lista en la que también están Estados Unidos, China, Francia, el Reino Unido, Italia, Argelia o Chipre.
Desde el pasado trece de julio se han intensificado los combates, lo que ha desencadenado en los peores episodios de violencia desde la caída de Gadafi hace tres años y ha agravado la situación humanitaria, como explica el dueño de una panadería.
“Hay escasez de petróleo y gasolina. Hemos tenido que comprar gasolina en el mercado negro para poder abastecer así a la gente. Respecto a la harina, solo tenemos para dos días, así que también hemos tenido que comprar en el mercado negro.”
El miércoles las milicias rivales acordaron un alto el fuego para permitir que los bomberos trataran de apagar un enorme incendio en un deposito de hidrocarburos en el que impacto un proyectil próximo al aeropuerto de Trípoli.
Los enfrentamientos han vuelto un día después y ya son al menos doscientos los muertos en las últimas dos semanas.