Están acusados de espionaje y escuchas ilegales durante la operación que tuvo lugar hace unos meses, en la que se acusó al primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, y a su círculo cercano de estar implicados en supuestos casos de corrupción.

Un escándalo que provocó la dimisión de cuatro ministros. Erdogan aseguró que había sido un complot contra él orquestado por un “Estado paralelo”, leal a Estados Unidos y con miembros infiltrados en la policía.

A escasas semanas de las elecciones presidenciales, a las que se presenta como candidato, muchos creen que lo sucedido es una purga policial.

Entre los detenidos hay altos cargos que dirigieron entonces la operación y cientos de policías y jueces han dimitido desde entonces.