La tregua humanitaria de cinco horas ha supuesto un respiro para la asfixiada población de Gaza. Centenares de personas han hecho cola para sacar dinero y poder comprar bienes de primera necesidad.
Desde que comenzó la ofensiva, los gazatíes han estado recluidos en sus casas por miedo a ser alcanzados por fuego israelí.
“Durante 10 días hemos estado presos en nuestros hogares a causa de la ofensiva y los ataques. Hoy tenemos que movernos. Mucha gente está yendo a los bancos y no hay suficiente dinero. Los empleados no han recibido sus salarios, por lo que las personas están bajo presión. Esperamos que los próximos días sean mejores y que esta crisis termine para siempre”, dice un gazatí.
A la espera de que la normalidad vuelva a la franja, donde viven alrededor de 1,8 millones de personas, los gazatíes han hecho acopio de alimentos en los mercados locales, para resistir el tiempo que la diplomacia logre arrancar a las partes un alto el fuego definitivo.