Las sirenas de Jerusalén suenan por tercera vez desde que empezara la operación ‘Margen Protector’ y los ciudadanos buscan refugios en los que cobijarse de los cohetes de Hamás. Este sábado Israel ha colocado una batería antimisiles para proteger a su población de los proyectiles de los islamistas que se suma a su ‘Cúpula de Hierro’. El mismo día se han escuchado al menos dos explosiones en Jerusalén, aunque por el momento no hay muertos.
La ONU, que ha tardado dos días para ponerse de acuerdo en emitir un comunicado, ve como sus tímidos esfuerzos caen en saco roto. “Los miembros del Consejo de Seguridad piden la disminución de la violencia y la restitución del alto el fuego de noviembre 2012”, pedía Eugene Gasana, embajador ruandés y presidente de turno del Consejo de Seguridad.
El llamamiento no ha tenido ningún efecto sobre el terreno. Este sábado se pudieron ver camiones transportando carros de combate hacia el sur de Israel. Fuentes de ese país aseguran que se ha pedido la retirada de la población de algunos núcleos de Gaza y hay al menos 20.000 reservistas preparados para una posible incursión terrestre en la franja.