Un fuerte clima de tensión preside la conferencia social entre el Ejecutivo francés y representantes de la patronal y de los sindicatos. Varias de las principales organizaciones sindicales del país han boicoteado la cita, que concluye este martes, en la que el presidente François Hollande y el primer ministro, Manuel Valls, defienden sus planes de reformas para sacar a Francia del declive económico.

Para aplicar su programa, Hollande ha pedido un acuerdo global entre los agentes sociales.

François Hollande. Presidente de Francia:
“Vosotros sóis los actores, las fuerzas vivas de nuestro país. No podremos hacer nada sin vosotros, pero el Estado asumirá sus responsabilidades para preparar el futuro del país”.

Ese recordatorio de que el Estado tiene la última palabra ha enfurecido a varios de los sindicatos, que acusan al Gobierno de seguir las instrucciones de la patronal.

El principal objeto de polémica es el Pacto de Responsabilidad concebido por Hollande hace seis meses que prevé ventajas fiscales y en cotizaciones para las empresas, y reducciones impositivas para los hogares para reactivar el empleo y el crecimiento.

Los que se oponen al plan, denuncian el desequilibrio del plan entre empresas y particulares y piden su retirada inmediata. No sería la primera vez que la presión popular y sindical lleva a un Gobierno a renunciar a sus proyectos. En Francia, Ejecutivos de todos los signos han tenido que dar marcha atrás en reformas que anunciaban como cruciales. Y no es la única “excepción francesa”.

Con una semana laboral de 35 horas, los trabajadores galos son un caso único en Europa.
Tras el grupo de las 40 horas semanales, Alemania, con 37, Reino Unido prácticamente igual y los portugueses con 38,3 horas.
Aunque según un estudio de la UE, los países europeos con jornadas medias más cortas presentan mayor productividad por hora trabajada.

Los franceses son además los trabajadores con más días de vacaciones y festivos: 36 contra 29 en Alemania o 28 en Holanda.

En cuanto a los costes laborales, Francia está también en los primeros puestos, con un promedio de 35 euros hora. Menos que en Suecia, Bélgica, Dinamarca y Luxemburgo, pero mucho más que en Alemania y que la media europea.

En Francia las cargas impositivas a las empresas están entre las más elevadas de Europa. Solo Italia supera por poco su porcentaje, pero las empresas francesas son también las que pagan más cotizaciones sociales de toda la UE.
Con estas cotizaciones financian el 62% de las prestaciones familiares de la seguridad social. La medida les cuesta 35 mil millones de euros.

Aunque Hollande se ha dicho contrario a legislar a golpe de mayoría parlamentaria, ha dejado claro que “las reformas no se detendrán porque Francia lleva una década en declive y son necesarias”. A los sindicatos les ha pedido que abandonen su actitud de “puja permanente”, y a la UE la mayor “flexibilidad” posible con países que acometen reformas.