La industria del perfume se anticipa a la reglamentación comunitaria contra las alergias y se lanza a la búsqueda de nuevos componentes como las algas. La UE tiene previsto prohibir para principios de 2015 tres sustancias consideradas inseguras para la salud. Entre ellas se encuentran dos moléculas del musgo de roble, presentes en perfumes como Chanel Nº5.

“Nos sentimos un poco perseguidos, y en estos momentos hay una obsesión demasiado grande con los perfumes, en comparación con otros productos que son tóxicos, e incluso más que tóxicos si hablamos del tabaco. Personalmente detesto el olor del tabaco”, dice Patricia de Nicolaï, creadora de perfumes.

Con la nueva regulación, Bruselas pretende proteger a entre un 1 y un 3 por ciento de la población comunitaria que podría sufrir alergias.

David Hudson es portavoz de política de consumo en la Comisión Europea: “La Comisión Científica considera que se debe ir más lejos en el caso de las personas con reacciones alérgicas. Creemos, sin embargo, que estas medidas serían desproporcionadas y que afectarían seriamente a la industria”, afirma.

Además de la prohibición de tres alérgenos, la normativa europea incluirá modificaciones en el etiquetado.

Las ventas en la industria de perfumes de alta gama generan unos 25.000 millones de dólares anuales.