Se cree que su muerte es una venganza de radicales judíos tras el asesinato de tres estudiantes israelíes. La tensión es cada vez mayor y una amenaza para el alto el fuego alcanzado por Hamás y al Gobierno israelí en 2012.
“Estoy aquí porque los judíos nos están matando todos los días. Matan a los niños, matan a las mujeres. ¿Por qué han asesinado a un niño inocente? Un día antes intentaron matar a una mujer, a su hija y a su hijo, ¿por qué?”, se lamenta una mujer.
El funeral de Mohamed Abu Jeider, de 16 años, tuvo lugar este primer viernes de Ramadán. Miles de personas se congregaron en la casa de la familia del joven en el barrio de Suafat, al este de Jerusalén.
Desde allí y en procesión se dirigieron hasta el cementerio de la zona al grito de “la sangre de los mártires nos redimirá”. Entre la comitiva se encontraba el diputado en el Knesset, Ahmed Tibi, que se mantenía al lado del padre del joven.
Según se cree, Mohamed Abu Jeider fue obligado el martes a entrar en un vehículo cerca de su casa. Su cuerpo fue encontrado el miércoles, calcinado y con signos de violencia, en un bosque de Jerusalén.
Desde el entierro de los tres estudiantes judíos asesinados cerca de Hebrón, una oleada de ataques a árabes se extendió por Jerusalén y la Cisjordania ocupada.