Anders Fogh Rasmussen achaca a Rusia, en declaraciones a Euronews, el papel de agitador de la explosiva situación que vive el este de Ucrania: “Rusia permite un flujo de armas y equipos y también de combatientes a Ucrania por la frontera. Hacemos un llamamiento a Rusia para que deje de desestabilizar el este de Ucrania. Lamamos a Rusia a que deje de apoyar a los grupos separatistas. Y llamamos a Rusia a retirar las tropas de la frontera entre Rusia y Ucrania”.
Los ministros de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, y de Ucrania, Pavló Klimkin, se comprometieron el miércoles en Berlín a trabajar por un alto el fuego “duradero” que respeten todas las partes implicadas. Lavrov apostilló: “Para aplicar la declaración que se aprobó en Berlín, creo que nuestros colegas occidentales deben jugar un papel decisivo. Deben convencer a las autoridades de Kiev para que sigan las disposiciones incluidas en la declaración”.
Horas antes la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés, François Hollande apremiaron por teléfono a su homólogo ruso, Vladímir Putin, para que posibilite la aplicación del acuerdo alcanzado en Berlín para resolver la crisis ucraniana. Todas las partes se exigen lo mismo; mientras en el este de Ucrania siguen los combates.