El Banco Central Europeo se reunirá cada seis semanas a partir de 2015, y no cada mes como es ahora, según anunció su presidente Mario Draghi al término de su cita de junio en que el tipo de interés se mantuvo en el 0,15 por ciento. Es una forma de alinearse con el ritmo de reuniones de la Reserva Federal estadounidense y apartarse un poco de la ansiedad de los mercados. También se publicarán las actas de dichas reuniones.
“Se espera que la inflación anual se mantenga a niveles bajos en los próximos meses”, explicó Draghi en cuanto a la situación económica de la eurozona. “El Consejo de Gobernadores es unánime en su compromiso de utilizar instrumentos no convencionales en el contexto de su mandato, si es necesario, para hacer frente a los riesgos de un periodo demasiado largo de baja inflación”.
La primera de estas medidas no convencionales es un nuevo programa de liquidez a tres años de hasta un billón de euros para los bancos. Se pondrá en marcha en septiembre y, en función de que las entidades presten más o menos dinero a sus clientes, podrán optar a una mayor liquidez. Es la garantía para que este dinero circule en la economía real.
Otra de las medidas que el organismo de Fráncfort ultima es la compra de activos bancarios. En este caso, sería la primera vez y se utilizaría para relanzar la economía tal y como viene haciendo desde la crisis la Reserva Federal.