Nicaragua, considerada mundialmente como uno de los cuatro países con los mejores vientos para su aprovechamiento en la producción de energía eólica, ha empleado esa ventaja de la naturaleza para garantizar a su pueblo el desarrollo sustentable. Su mejor ejemplo es el agua, reconocida legalmente -a contrapelo de lo que trataron de imponerle los personeros del neoliberalismo al gobierno sandinista- como un derecho humano universal e inalienable. teleSUR