En el apogeo de la Guerra Fría, el guatemalteco Jacobo Arbenz ensayó en su país una reforma agraria que la única superpotencia emergida de la Segunda Guerra Mundial no le dejó culminar. Optó por proteger a sangre y fuego los intereses de la transnacional United Fruit y patrocinar el golpe de estado que jefaturó el general Alberto Castillo Armas. teleSUR