La población civil huye en Irak ante el avance de las milicias del Estado Islámico de Irak y el Levante. Miles de cristianos tratan de alcanzar Erbil, capital del Kurdistán iraquí. Consideran que allí, con las tropas peshmergas kurdas, estarán mejor protegidos de los yihadistas suníes que en los territorios controlados por el ejército.
“La seguridad es cero. El Estado Islámico de Irak y el Levante ha atacado Qaraqosh Al Hamdinya con cohetes y la gente ha tenido que huir. No hemos visto a ningún soldado, a nadie del ejército. No hay puntos de control, no hay ejército, no hemos visto a ningún oficial, así que dejamos atrás todas nuestras cosas y nuestro dinero. Los yihadistas se quedaron con mi coche”, explicaba uno de ellos.
Según la ONU, desde que empezó la ofensiva del EIIL a principios de mes, al menos 1.000 civiles han perdido la vida y centenares han resultado heridos. Además, los enfrentamientos han dejado cerca de medio millón de desplazados.
Sobre el terreno, uno de los puntos más calientes es Baiyi, donde yihadistas y ejército siguen enfrentándose por hacerse con el control de la que es la mayor refinería del país.
El presidente, el chií Nuri al Maliki, ha rechazado la creación de un gobierno de unidad nacional que incluya a suníes moderados, como se le ha sugerido desde varios ámbitos.
De momento, su estrategia pasa por frenar militarmente el avance de las milicias islamistas y para ello voluntarios en todo el país están siendo reclutados y formados. Igualmente, ya ha llegado parte de los 300 asesores militares ofrecidos por Estados Unidos..