El Consejo de la Federación, que es la cámara alta del Parlamento ruso, ha revocado la autorización que dio a Vladimir Putin en marzo pasado para enviar tropas a Ucrania. La decisión ha sido tomada a petición del propio presidente ruso, para favorecer, según dijo, “la normalización de la situación” en el este de Ucrania.
Sin embargo, sobre el terreno, esa normalización no es perceptible. Tanto Kiev como los separatistas denuncian violaciones continuas de la tregua acordada el pasado lunes. En las últimas horas, tropas del Ejército han tomado un campamento de milicianos prorrusos cerca de la ciudad de Krasny Liman, en la región de Donetsk.
Alexander Boroday, líder de la autoproclamada República Popular de Donetsk, ha dicho en conferencia de prensa que el alto el fuego “no existe” y ha pedido a Rusia que envíe fuerzas de pacificación. También Kiev denuncia “violaciones masivas” de la tregua, con más de 40 ataques de los separatistas prorrusos desde el pasado lunes.