Bagdad ha asegurado haber retomado el control de la mayor refinería de Irak, en Biyi. Aunque hay cierta confusión, ya que un líder rebelde también dice controlar este complejo petrolero. Otro insurgente suní afirma que los combates continúan por su control total.

Los yihadistas lanzaron un ataque ayer contra las instalaciones petroleras, tras tomar la semana pasada Mosul y varias zonas del norte en su intento de llegar a Bagdad. Los combates de los últimos días se centran en las provincias de mayoría suní de Diyala y Saladino, al norte de la capital iraquí.

Para detener su avance, el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, ha llamado hoy a los oficiales reservistas.

Mientras, miles de voluntarios se unen a las fuerzas oficiales, respondiendo al llamamiento de Al Maliki, pero fundamentalmente al del ayatolá Ali al Sistani, que es una obligación para los chiíes.

“Me uní al Destacamento Ashura y vine a entrenarme hoy en respuesta al llamamiento de los grandes ayatolás, como Ali al Sistani. Vamos a cumplir con nuestro deber y vamos a servir a todo el pueblo iraquí”, explica Jabbar Mehdi, voluntario.

El Parlamento iraquí ha aconsejado al Gobierno de Al Maliki que colabore con Estados Unidos para frenar la ofensiva yihadista, liderada por el grupo terrorista Estado Islámico de Irak y el Levante.