Viena acoge este lunes la penúltima ronda de negociaciones sobre el programa nuclear iraní. Durante cinco días, Teherán y el grupo 5+1 (Estados Unidos, China, Rusia, Francia, el Reino Unido y Alemania) intentarán superar sus divergencias.
Tienen hasta el 20 de julio para alcanzar un acuerdo que ponga límites al programa nuclear iraní. A cambio, se levantarán las saciones económicas internacionales contra Teherán.
Hasán Rohani, presidente de Irán, reconoce que hay desacuerdo en algunas cuestiones. “Algunas de ellas son fundamentales. Pero Irán continuará enriqueciendo uranio. No hay discusión al respecto. Ambas partes lo hemos acordado. Nadie debería plantearse que Irán tiene que abandonar el enriquecimiento. Ese es un tema cerrado”, dice.
Lo que sí debe pactarse todavía es la cantidad y el grado de pureza del uranio que enriquecerá. Esta cuestión despierta mucha inquietud en la comunidad internacional, ya que el uranio puede ser utilizado tanto con fines pacíficos como militares.
Sandy Berger, exconsejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, explica que los iraníes consideran que deben mantener cierto grado de enriquecimiento, lo que supone el principal punto de fricción. “Pero creo que los iraníes llegan con una fuerte presión para alcanzar un acuerdo, debido a su situación económica. Las sanciones han funcionado”, añade.
Nuestro corresponsal en Washington, Stefan Grobe, piensa que podría necesitarse más tiempo del estipulado para alcanzarse un acuerdo. “Pero Irán y las potencias internacionales podrían tener que hacer frente a presiones políticas internas para conseguir mejores condiciones durante ese período de tiempo adicional, lo que complicaría aún más las negociaciones”.