La suerte está echada en Afganistán. El país asiático ha celebrado este sábado la segunda ronda de las elecciones presidenciales; unos comicios ensombrecidos por la violencia. Cerca de medio centenar de personas han perdido la vida.

Pese a la amenaza talibán, se estima que en torno a un 60 por ciento del electorado ha acudido a las urnas para elegir al futuro jefe de Estado entre Abdulá Abdulá y Ashraf Gani.

Abdulá, exlíder de la resistencia antitalibán, obtuvo el 45 por ciento de los sufragios en la primer vuelta, 13 puntos más que el tecnócrata Gani. Ambos han denunciado irregularidades en los comicios.

El sucesor de Hamid Karzai, a quien la Constitución impide presentarse a un tercer mandato, jurará su cargo a principios de agosto. Entre sus prioridades inmediatas estará la firma de un tratado bilaterial de seguridad con Washington. El acuerdo permitirá la permanencia de tropas estadounidenses en Afganistán a partir de 2015, tras la retirada de las fuerzas internacionales de la OTAN.

Los resultados preliminares de las presidenciales no se conocerán hasta el 2 de julio. Los datos definitivos se publicarán el día 22 de ese mismo mes.