Dilma Roussef cede a 48 horas del inicio del Mundial. El Gobierno brasileño ha anunciado que atenderá las reivindicaciones populares que se traducen en protestas contra los gastos de la Copa desde hace meses. En Sao Paulo, los trabajadores del metro han suspendido esta noche la huelga que ha estado provocando atascos monstruosos en la ciudad anfitriona del campeonato de fútbol. Aunque no es un parón definitivo:

“ Hemos convocado otra asamblea para el día 11 y quizás se decida retomar la huelga el día 12, dependiendo de si se readmite o no a los 42 trabajadores que han sido despedidos”

El acuerdo alcanzado con el Movimiento de Trabajadores Sin Techo se supone que dará una tregua a las protestas durante la celebración del Mundial.

Pero cuando el balón deje de rodar, a la presidenta Roussef le espera una larga negociación. El movimiento contestatario critica que el Gobierno no haya invertido en educación, salud y vivienda de la misma forma que ha gastado millones y millones en las obras del Mundial.