El primer ministro japonés, Shinzo Abe pretende reanudar la caza comercial de ballenas en la Antártida, a pesar de la prohibición de la Corte Internacional de Justicia para proteger a esta especie.
El fallo del tribunal de La Haya no afecta a su otro programa científico en el Pacífico Norte, ni a las capturas comerciales de Japón en sus costas.