La conmemoración del 70 aniversario del desembarco de Normandía ha sido un acto emotivo, pero también con fuerte carga diplomática por la crisis en Ucrania. En su discurso, ante una veintena de jefes de Estado y gobierno, el presidente francés, François Hollande, ha aprovechado para decir que Europa y el resto de aliados todavía tienen la obligación de preservar la paz. También expresó su agradecimiento a todos los que contribuyeron a la liberación de Europa de los nazis y saludó, en particular, la “valentía del Ejército rojo”:
“Quiero subrayar la contribución decisiva de los pueblos de la Unión Soviética. Tenemos el deber de reconocer lo que hicieron por nuestra libertad”, dijo Hollande, escuchado atentamente por el presidente ruso, Vladimir Putin.
Esta ceremonia en la playa de Ouistreham, donde tuvo lugar una de las primera batallas del Día D, tal vez sea la última conmemoración decenal a la que asistan los antiguos combatientes, casi todos nonagenarios. “Con toda la gente que se agitaba alrededor de mí y me quería dar la mano, me sentí como una estrella de cine”, comentaba entre risas Clifton John Langeard, un veterano de la marina británica. Un millar de veteranos siguieron los actos y rememoraron aquel 6 de junio de 1944, que marcó el principio del fin de uno de los periodos más negros de la historia.