Bogotá depende del 80% del agua que genera el Parque Nacional Natural Chingaza, mientras que el restante 20% lo producen el Páramo de Guerrero y el Parque Natural Sumapaz, que si no reciben atención, harán que las futuras generaciones estén en problemas.
La mala planificación del territorio, la ausencia de un Plan de Ordenamiento Territorial y el manejo inadecuado de las tierras, también son factores de la crítica situación que afrontan los páramos colombianos.
Otro problema es la contaminación, debido al alto número de desechos que son arrojados por las curtiembres, la industria minera y las industrias, en general, a ríos, cuencas y lagos.
Es indispensable que el gobierno colombiano implemente políticas de choque para contrarrestar esta problemática, y, sobre todo, para los impactos negativos ambientales y sociales que el 'boom' minero-energético le está trayendo al país.
El desabastecimiento de agua empieza a ser notorio en muchas y vastas regiones del país, donde un verano incipiente ocasiona la muerte de ganado, cultivos, e incluso de seres humanos.