El gobierno irlandés investigará el macabro hallazgo de unos 800 esqueletos de recién nacidos.

Descubiertos junto a un antiguo convento católico, en la ciudad de Tuam, los bebés habrían sido enterrados de forma secreta por las monjas que entre 1925 y 1961 acogieron a mujeres solteras embarazadas., supuestamente para evitarles el estigma social.

A pesar de que lo que ocurría en el convento del Bon Secours ya había sido denunciado desde los años 30, solo ahora, el caso ha salido a la luz. Enda Kenny, Primer ministro irlandés, ha solicitado una investigación independiente:

“He pedido a Charlie Flanagan, Ministro de la Infancia que reúna a una serie de altos funcionarios de todo el departamento para ver el alcance de este caso, saber si se trata de algo aislado o si hay otros casos en el país que deban ser investigados.”

La historiadora, Catherine Corless descubrió los registros de defunción de niños cuando investigaba la historia del antiguo hogar, y quedó impactada por la cantidad de niños enterrados sin lápida ni sepulcro. Muchos de ellos fallecieron por malnutrición, tuberculosis, neumonía e incluso malos tratos.