El Lloyds Bank, parcialmente nacionalizado por el Estado británico, se retira de un crédito internacional a la petrolera BP para operar con la rusa Rosneft. El préstamo asciende a unos ochocientos millones de euros y en él también participan el asimismo británico HSBC, el Deutsche Bank y el Bank of China. Este crédito debe permitir a BP y Rosneft nuevas prospecciones petrolíferas y el refinado del crudo extraído.
La razón de esta retirada del Lloyds Bank se apunta directamente al hecho de que, entre los hombres de negocios próximos al presidente de Rusia Vladímir Putin que han sido sancionados por Estados Unidos por la ocupación de la península ucraniana de Crimea, se encuentra el presidente de Rosneft Igor Sechin.
El Estado británico posee una cuarta parte del capital del Lloyds Bank, salvado de la bancarrota durante la reciente crisis financiera.