Kiev asegura tener un plan para “limpiar el este de Ucrania de separatistas prorrusos”.
Responde así a la muerte ayer de doce soldados y un general tras el derribo de un helicóptero por los separatistas cerca de Slaviánsk.
El presidente electo Petro Poroshenko ha prometido que “los crímenes de estos bandidos no quedarán impunes”.
El ministro de Defensa comparecerá hoy ante la prensa.
También hoy tendrán lugar en Berlín las negociaciones sobre el gas entre ucranianos y rusos, en presencia del comisario europeo de Energía. Moscú quiere que le paguen las deudas y cobrar el próximo suministro por adelantado, Kiev que le bajen el precio.
Las fuerzas ucranianas atacaron durante toda la jornada de ayer Slaviánsk y Kramatorsk, los grandes bastiones insurgentes. Ante su intención de lanzar una operación militar definitiva, Kiev anunciaba su interés por crear un corredor humanitario para la evacuación de civiles.
Los rebeldes han reconocido por primera vez la presencia de combatientes rusos en sus filas en las regiones de Donetsk y Lugansk.
Tras los combates que el pasado lunes provocaron cuarenta muertos, sobre todo prorrusos, en el aeropuerto de Donetsk, los insurgentes han reconocido que tienen en su poder a los cuatro observadores de la OSCE desaparecidos el martes.