Una vez que pudieron regresar a sus hogares en Homs, la tercera ciudad más grande de Siria, encontraron que los templos, sepulcros y símbolos relligiosos cristianos fueron saqueados, ultrajados o destruidos por grupos de mercenarios. No obstante, muchos de los afectados han determinado que nada ni nadie los sacará de la tierra de sus antepasados. teleSUR