Nuri al Maliki gana las elecciones generales en Irak pero tendrá que negociar y mucho para formar gobierno.
Su coalición chií, Estado de Derecho, obtiene al menos 94 escaños, aunque muy lejos de la mayoría absoluta del Parlamento iraquí, formado por 325 diputados.
Según los resultados oficiales de los comicios, celebrados el pasado 30 de abril, ni los propios chiíes contrarios al primer ministro, ni sus rivales suníes, ni los kurdos, logran apoyos suficientes.
El clérigo chií Muqtada al Sadr, líder del Bloque de los Libres, es la segunda fuerza política más votada pero tiene que conformarse con 28 escaños. Mientras, las formaciones agrupadas en torno al Consejo Supremo Islámico de Irak logran en su conjunto 29 diputados.
La enorme fragmentación política del país deja el camino abierto a Al Maliki para un tercer mandato. No lo tendrá fácil porque muchos le consideran responsable de la violencia sectaria que ya ha provocado, este año, unos 3.500 muertos.