Cae la noche en Soma, pero el trabajo no cesa. Con ya casi nulas esperanzas de encontrar a alguien con vida en el interior de esta mina de carbón, los equipos de rescate se afanan en ir sacando los cuerpos que encuentran de los más de 100 que aún permanecen dentro. 274 mineros han muerto y se teme que la cifra sea mucho mayor.
A lo largo de todo el día las ambulancias han recorrido una y otra vez el espacio entre esta mina y el hospital de Soma, donde están ingresados muchos de los supervivientes. Familiares y amigos no podían más que esperar o lamentar.
Al comenzar la tarde llegaba Recep Tayip Erdogan, tras suspender su viaje oficial a Albania y decretar tres días de luto en todo el país. El silencio que acompañaba al primer ministro turco se convertiría después en protestas contra él y su Gobierno.
Se trata del peor desastre minero de la historia del país. El último de esta magnitud tuvo lugar en 1992. Entonces murieron 272 personas. Los sindicatos denuncian que en Turquía se producen muchos más accidentes de este tipo que en el resto de Europa, debido a una evidente falta de medidas de seguridad y equipamiento.