La conquista del espacio se ha topado con un obstáculo muy terrestre. El regreso a la Tierra de tres astronautas desde la Estación Espacial Internacional ha coincidido con el anuncio de Rusia de que abandonará la plataforma orbital en 2020.
La cooperación espacial entre rusos y estadounidenses había sido hasta ahora un ejemplo perfecto de entente por encima de cualquier tensión política, hasta que estalló la crisis ucraniana. El mes pasado la NASA congeló sus colaboraciones con la agencia espacial rusa. Y ahora es Rusia la que dice que ya no le interesa seguir en la Estación. Según el viceprimer ruso, Dmitri Rogozine, Rusia prepara “nuevos proyectos estratégicos para lograr un mayor desarrollo del programa espacial ruso”, por lo que sólo necesitarán estar en la Estación Espacial hasta 2020.
El anuncio es dramático si se piensa que con él se pone fecha de muerte al más ambicioso de los proyectos espaciales internacionales concebidos por la humanidad. Desde que en 2008 la NASA aparcó sus transbordadores, la naves rusas Soyuz son el único eslabón que queda entre la Tierra y la Ciudad del Espacio.