En la Bahía de Jeffreys, en la costa oriental de Sudáfrica, sobra una cosa: el viento. Y falta otra: la energía. La solución es obvia: en la pequeña localidad se está construyendo uno de los mayores parques eólicos del país. Una inversión millonaria que abastecerá a más de 100.000 hogares y un rubro que promete gigantescos negocios.