Representa el triunfo de la tolerancia. Conchita Wust llegaba este domingo a Viena tras conquistar anoche el festival de Eurovisión más politizado de los últimos años. La drag-queen austriaca se impuso con una balada clásica y una imagen transgresora, mientras la audiencia abucheaba cada punto que recibía Rusia y festejaba los de Ucrania.

De hecho la propia Conchita, cuyo nombre real es Tom, interpreta su triunfo como el mensaje de Europa a políticos como Vladimir Putin; un alegato contra la discriminación y a favor de los derechos humanos.

“La tolerancia no tiene fronteras”, decía. “Lo de ayer no ha sido sólo un triunfo mío. Ha sido el triunfo de toda la gente que cree en un futuro en paz, sin discriminación y basado
en la tolerancia y el respeto. Son valores que traspasan fronteras y que no tiene nada que ver con el este o el oeste”.

Conchita participaba con el tema “Rise like a phoenix”, de título evocador. Su próximo objetivo, ha dicho, es ganar un Grammy.