Con ruido de combates como telón de fondo ha comenzado el polémico referéndum independentista en las regiones rusófonas ucranianas de Lugansk y Donetsk.
Los combates entre milicianos rebeldes y las fuerzas del orden se han reanudado cerca de la ciudad de Slaviansk, donde los servicios de seguridad ucranianos afirman haber detenido a un grupo de activistas con cien mil papeletas marcadas con el sí.
El presidente interino Alexandr Turchínov ha pedido que no se siga adelante con lo que denomina “un paso autodestructivo”. El jefe de la comisión electoral, Román Liaguin, asegura que la consulta popular “es una respuesta a la guerra desatada por el Gobierno de Kiev.
Un sentimiento compartido por muchos ciudadanos rusófonos. Otros creen que la independencia permitirá que el dinero de la ciudad se quede allí y no vaya a parar a Kiev.
El polémica referéndum ha sido muy criticado por la comunidad internacional y no cuenta siquiera con el respaldo explícito de Vladímir Putin, que pidió posponer la consulta.