Viktor Orbán comienza su mandato con la vista puesta en las elecciones europeas. La entrega que le ha hecho una diputada opositora de una bandera comunitaria no ha servido para que en su discurso de investidura el recién nombrado primer ministro húngaro lanzara un discurso más conciliador hacia los 28.

Orbán afirma formar parte de la Unión Europea, pero no ser su rehén. De esta forma ha comenzado el que será su segundo mandato consecutivo y el tercero de su carrera. Varios ciudadanos han escuchado sus palabras en el exterior del Parlamento.

“En las elecciones europeas tenemos que mandar un mensaje alto y claro a Bruselas. Queremos respeto para los húngaros. Enviemos allí a los políticos que sean capaces de luchar por el respeto que los húngaros merecen.”

Víktor Orbán ya había pedido a la Unión Europea una rebaja de los precios de la energía y había afirmado que su Gobierno rechaza las políticas que respaldan la inmigración. En su territorio, ha ganado popularidad al nacionalizar a ciudadanos de etnia húngara de otros países a los que ha permitido votar, algo que ha molestado a algunos gobiernos.

“Desde este momento, el primer ministro puede ejercer su poder con total autoridad, pero los nombres de su nuevo Gobierno solo se conocerán tras las elecciones europeas. Hasta entonces, los miembros del anterior Ejecutivo pueden gobernar con una autoridad limitada en Hungria”. concluye Andrea Hajagos, corresponsal de Euronews.