En Irak, a la espera de los resultados electorales, el primer ministro saliente, Nuri Al Maliki, ha pedido unidad, recordando que los iraquíes “han pagado con sangre” la desunión. Al Maliki está convencido de lograr un tercer mandato, aunque la formación de un nuevo Gobierrno puede tardar meses.

A pesar de la violencia, la participación ha rondado el 60%.

Estos han sido los primeros comicios sin la presencia de tropas extranjeras.

“Durante los últimos diez años hemos adquirido una experiencia considerable, mucho mejor que la experiencia de otros ejércitos de los países de nuestro entorno, por lo que los terroristas no pueden influenciarnos en este momento”, cuenta un soldado iraquí.

Las extraordinarias medidas de seguridad no impidieron más de cincuenta ataques en la cita con las urnas, este miércoles, que dejaron una quincena de muertos. Más de 1.000 iraquíes han muerto a causa de la violencia este sangriento mes de abril.

“El Ejército iraquí, apenas salido de una guerra, entra en otra. El mayor desafío al que se enfrenta son los ataques suicidas, totalmente imprevisibles. Rara vez pasa más de una semana sin que un atentado suicida mate a decenas de iraquíes”, explica el enviado especial de euronews a Bagdad, Mohammed Shaikhibrahim.