Ankara ha pedido a Estados Unidos la extradición del clérigo Fethullah Gülen, bestia negra del primer ministro turco.

Recep Tayip Erdogan acusa al que fuera su aliado hasta hace poco de crear un Estado paralelo para expulsarle del poder.

Pero aunque el martes confirmó a una periodista el paso tomado, en realidad la ley no permite solicitar esta expulsión sin una orden judicial de arresto basada en pruebas del delito. Orden que, por el momento, no existe.

Gülen, predicador autoexiliado en Pensilvania desde 1999, con millones de seguidores en Turquía, niega estar detrás de las investigaciones por corrupción que han provocado numerosos arrestos en el círulo de Erdogan. El líder turco ha intentado contrarrestarlas haciendo grandes purgas entre policías y jueces.

Los frentes abiertos por el primer ministro turco contra la independencia judicial y las libertades en Internet, la prensa y la oposición fueron criticados esta semana por el presidente alemán Joachim Gauck, de visita en el país.

Erdogan no admite críticas y le respondió que no se metiera en asuntos internos turcos.
Gauck ha intentado rebajar la tensión asegurando que no pretendía crear polémica.