Más concretamente, el primer ministro Recep Tayip Erdogan, que no acepta las críticas del presidente alemán Joachim Gauck, de visita oficial en su país.
El jefe de Estado germano, que también es pastor luterano, criticó su estilo autoritario y sus crecientes restricciones a la libertad de expresión y de la independencia judicial.
“También le he dicho que nunca toleraremos intromisiones en los asuntos internos del país”, ha asegurado Erdogan en el Parlamento. “Debería actuar como un Jefe de Estado. Pero creo que todavía piensa como un pastor, porque lo era, conserva la misma mentalidad. Esto es desagradable”.
Gauck, que luchó en Alemania del Este contra el Muro de Berlín, aseguró saber por experiencia que la falta de libertades provoca resentimiento y violencia.
A Erdogan le sentó mal que tuviera con él una charla amistosa y más tarde concatenara las críticas durante su visita a una Universidad.