La supuesta oferta del estadounidense General Electric para comprar Alstom sacude a los medios económicos y políticos franceses. A pesar de que la información parte de una fuente anónima de la agencia anglosajona Bloomberg y la dirección de Alstom niega la oferta, otros periódicos franceses especulan con que el gigante estadounidense solo estaría interesado por los activos energéticos de Alstom y no por su convoyes ferroviarios de alta velocidad conocidos como TGV. La oferta sería de 13.000 millones de euros.
Por ello, en la bolsa de París el título de Alstom se disparó en la jornada del jueves un once por ciento. Un valor que estaba a la baja pero tocó durante esta sesión los 27 euros por acción.
Según la información filtrada, la división de transporte ferroviaria de Alstom acabaría introduciéndose en bolsa tal como se había planificado inicialmente incluso si General Electric lleva a cabo la operación. De hecho, la división de energía es más importante y supone el setenta por ciento.
“Tenemos ante nosotros a un nuevo Gobierno que, por voluntad del presidente François Hollande, intenta poner en marcha una política de la oferta que es tan aplaudida como repudiada”, explicó Pierre Briançon, editor europeo de la agencia Reuters Breakingviews. “Intenta reformar, recortar gastos, bajar costes laborales, hacer políticas que favorezcan los negocios. Lo que prueba lo difícil que es vender en Francia”.
Es decir, la opinión del Ejecutivo francés en esta hipotética compra es fundamental. El Estado acudió al rescate de Alstom el año 2004, pero en 2006 volvió a privatizar la compañía cuando esta se regeneró. El actual socio mayoritario es el constructor Boygues, con el 29 por ciento y que estaría de acuerdo con la compra de General Electric porque Alstom vuelve a flaquear.