Viktor Orbán es de lejos el candidato favorito de las elecciones legislativas de este domingo en Hungría.
Los sondeos dan al actual primer ministro conservador del partido Fidesz el 34 por ciento del sufragio, a pesar de sus medidas contra la independencia del poder judicial o la libertad de prensa.
“Una mayor participación ayudaría a tener un Gobierno más fuerte. Es realmente importante la proporción de la mayoría parlamentaria. Así que espero que muchos votantes acudan a las urnas y, sea cual sea el Gobierno que se forme, pueda empezar a trabajar con un fuerte apoyo de la población”.
El líder de la coalición de izquierda, el socialista Attila Mesterhazy, parte con un 20 por ciento de intención de voto. Entre sus propuestas, recortar los precios de los alimentos básicos y aumentar las pensiones y el salario mínimo.
La formación Jobbik, del ultraderechista Gabor Vona, con un catorce por ciento de respaldo, podría dar la campanada y erigirse como segunda fuerza política del país. Tachada de antisemita, promete mano dura contra el crimen, creación de empleo y un referéndum para salir de la Unión Europea.
Ocho millones de húngaros podrán elegir un parlamento que las nuevas leyes reducen a casi la mitad, con 199 escaños.
Por primera vez, los comicios se desarrollan en una única vuelta.