El Ejército libanés trata de imponer la paz en Trípoli. Varios destacamentos militares han ocupado la calle que separa a los barrios de mayoría suní de los barrios de mayoría chií en esta ciudad portuaria en la que se registran enfrentamientos sectarios desde hace más de dos semanas. Los vecinos de la zona han recibido de buen grado a los soldados:

“La gente está harta de bombas y tiroteos. No queremos ver más casas en llamas o familias que se tienen que ir. No queremos que nuestra gente sufra lo que están sufriendo los sirios ahora”.

Lo mismo opinan muchos vecinos del otro lado de la raya, que, simbólicamente, se han dado la mano en señal de paz:

“Somos todos unas familia. Yo vivo en mi barrio, pero tenía mi tienda en el otro. Por culpa de los políticos todo ha sido destruido”.

La guerra civil siria no solo ha llevado a cerca de un millón de refugiados al territorio libanés. La tensión entre partidarios y detractores del régimen de Bachar al Asad ha desencadenado una ola de atentados y refriegas armadas de corte sectario que ha dejado decenas de muertos y cientos de heridos en los últimos meses.