Washington y Bruselas buscan alternativas a la dependencia energética europea de Rusia.
El jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, se ha reunido con su homóloga europea, Catherine Ashton, en el marco del llamado “consejo de Energía entre Estados Unidos y la UE”. Se trata de un foro creado para reforzar la cooperación y promover la seguridad energética, y que ya estaba previsto antes de que estallara la crisis ucraniana.
“Ninguna nación debería utilizar la energía para limitar las aspiraciones de un pueblo. No debe ser utilizada como un arma. Es en el interés de todos nosotros, para poder tener los suministros de energía adecuados, críticos para nuestras economías, fundamentales para nuestra seguridad y para la prosperidad de nuestro pueblo”, ha dicho Kerry.
La meta de buscar la diversificación energética, pendiente desde la crisis del gas de 2009 que dejó tiritando a media Europa, ha recobrado importancia a raíz de la crisis ruso-ucraniana.
Barack Obama ha propuesto exportar gas natural de Estados Unidos hacia Europa. Sin embargo, Moscú suministra también a los Veintiocho petróleo y uranio procesado.