Barack Obama ha vuelto a pedir a Rusia que retire las tropas que tiene acontanadas cerca de la frontera con Ucrania y que se siente a negociar con Kiev una salida a la crisis de Crimea. El presidente estadounidense considera que este despliegue puede tener un mero fin intimidatorio para consolidar la anexión de la península, pero no descarta que Moscú tenga planes adicionales.
“Ya hemos herido su economía”, se advierte desde la Casa Blanca. “Dependiendo de lo que hagan puede haber más consecuencias perjudiciales para Rusia, que aumentarán su aislamiento, ya sea diplomática , económica o militarmente, del resto del mundo”.
Obama teme que Vladímir Putin está planeando ocupar militarmente otras provincias ucranianas rusófonas. El presidente ruso le ha llamado por teléfono para discutir una solución diplomática a la crisis, algo que el mandatario estadounidense supedita a una retirada de tropas de Crimea y de la frontera con Ucrania.
De cara a la galería, Putin, cuya popularidad está por las nubes, saca pecho y ensalza la labor de su Ejército, que dice, ha sabido estar a la altura de las circunstancias y ha logrado evitar un baño de sangre. En lo que podría considerarse como un gesto de distensión, el inquilino del Kremlin ha anunciado que devolverá a las autoridades ucranianas el material militar incautado a los regimientos el Ejército ucraniano que mantuvieron su lealtad a Kiev hasta el final.