El Gobierno ha manifestado que "la violencia no puede tener ninguna justificación en ningún ámbito" y ha defendido "marcar la línea roja de la democracia". "Pediría a todas las fuerzas políticas que ahí no hagamos matices. Una cosa es manifestarse y otra aprovechar manifestaciones para atentar contra los derechos de todos los demás", ha zanjado.