¿Cómo frenar el avance del ultraderechista Frente Nacional? Esa es la gran cuestión que se plantean los partidos tradicionales franceses tras el resultado histórico logrado por el FN de Marine Le Pen en las municipales del domingo. Unas elecciones marcadas por una abstención récord, cercana al 40 por ciento, y por un voto de castigo al gobierno socialista.
“Muchos franceses están hartos de la clase política, pero no deben caer en la trampa de la abstención. Tienen que expresar su hartazgo cambiando a sus representantes”, reclama la líder del Frente Nacional.
Desde los partidos tradicionales se llama a la movilización del electorado, mientras debaten la posibilidad de unir fuerzas en un frente republicano para cerrar el paso a la ultraderecha en la segunda vuelta, el próximo domingo.
El Frente Nacional ha sido el partido más votado en numerosas ciudades, en particular, en el sur y el sureste, como Perpiñán. La formación de Le Pen ha ganado directamente una alcaldía, la de Henin Beaumont, y está en condiciones de disputar la segunda vuelta en un centenar de municipios.
La bofetada electoral ha sido para el Partido Socialista del presidente Hollande, que a medio mandato recibe en las urnas un doloroso voto de sanción. La izquierda se queda por debajo del 38 por ciento de los votos y la derecha avanza y obtiene un 46,5 por ciento.
En París, las listas de la candidata de la derecha, Nathalie Kosciusko Morizet, obtuvieron algo más del 35 por ciento de las papeletas, con una corta ventaja sobre la favorita, la socialista de origen español Anne Hidalgo. Hidalgo, no obstante, tiene más posibilidades de ser elegida alcaldesa y suceder al también socialista Bertrand Delanoe,
debido al sistema electoral por distritos en la capital francesa.